sábado, 22 de agosto de 2015



  Quizás un día subiste la pequeña escalera y te encontraste conmigo, con mis higos mis guayabas y mi lujuria, quizás pensaste, quizás no pensaste, quizás solo sentiste y te dejaste fluir.  En cambio cuando yo te vi subir la pequeña escalera ya no eras una niña a quien debía proteger sino una pantera desbordada que nunca podría controlar. Y fue así como me invitaste a rocanrolear cuando el rock parecía cosa de vampiros parisinos que se hacían transfusiones de sangre. No se porque pero tu aceituna estaba igual de  madura que la mía y tuvimos que tirar los huesos justo en la dirección contraria en que habían pronosticado los astros, y fuiste tu y fuimos yo y éramos algo así como una góndola llena de flores en un mar de lupudus y risas y carcajadas y saltos al vacío… Cuando salte y tu atrapaste mi salto estábamos en el aire y no en el agua como pensaría un acuamanicola. Como podría amar tanto un terrícola el aire como? Quizás se trata de un aerikola?




En el subterráneo, aquel día en que parecías millonaria y mas alta, aquel día en que  el mar cantaba y la luna flotaba, aquel día en que supimos que no era el mundo el que caía sino nuestras miradas y sonrisas aterciopeladas bañadas en una amplia playa desprovista de prejuicios abrazos al margen de la ley maratones de la mano y pequeñas cocinitas flameadas. Es el poder de un color lo que aveces te hace pasar por ausente o maldecido, aguantar el karma de lo imperfecto. Quien  podría vibrar en una sola nota que no es la mía ni la tuya?



miércoles, 10 de junio de 2015


     
Las golondrinas perturvadas por el eco de las pestañas de un travesti volado/
Caen sus pestañas y el dolor es casi insoportable/
Se quiebran sus uñas y su corazón/
Aunque sigue palpitando su lado femenino/
Esta ebria...



Las poetas y las poetas baten sus alas
Rompen el perímetro de seguridad
Y caen los acontecimientos
Como una tempestad…






martes, 14 de octubre de 2014

RANA/WAY



Somos millones de personas diminutas/ cada una en su isla/ criaturas maravillosas/ transparentes a la luz/ temerosas de lo magníficamente misterioso/ azules al fin y al cabo/ o purpúreos en primavera/ nos dejamos guiar por prematuros aromas/ nos disolvemos en el delirio nocturno/ bebemos sumo de mariposas vírgenes/ y nos dejamos devorar por aquellas monstruosas incertidumbres/ y cuando llueve volvemos a creer en el cielo/ y cuando las puertas quedan abiertas corremos/ corremos/ corremos sin saber donde ni porque…